CASTILLO DE OTIÑAR.

Castillo de Otiñar, en la Sierra Sur de Jaén:

Está situado a unos 13 kilómetros de Jaén, en la carretera que nos lleva hacia el Pantano del Quiebrajano. Es un entorno agreste pero que incita a tomar aire profundo y saborear todo ese ambiente que lo acompaña.

Su acceso no está señalizado, pero puede servir como referencia visualizar una zona situada a la derecha de lo más profundo del cauce del río Valdearazo, pasado el acceso del actual poblado de Otiñar (también bandonado), en la que existen unas grandes rocas haciendo de barrera para el paso a una garganta que nos conduce hacia el lugar. En verdad, sería muy oportuno que las autoridades competentes tomasen la iniciativa para poner una pequeña indicación.

Lo primero que llama la atención conforme se va ascendiendo hacia el lugar es la planta de su torre, que es cuadrangular con lados desiguales, quedando adaptada así al área del escaso y abrupto terreno existente.


Habrá que bordear este promontorio de piedra para tener acceso a la fortificación. Advierto que no es necesario tomar riesgos innecesarios, ya que aunque al principio parece infranqueable, su acceso no es complicado. Hay que buscar la cara norte para encontrar la entrada.


Cuando nos encontramos a sus pies, nos damos cuenta aún más de lo que impone su presencia.


Una vez en la entrada a la fortificación, nos encontramos con unos árboles sin vida que nos ayudan a percibir la profundidad del espacio circundante.


El lugar invita a pararse, a respirar hondo, a observar la naturaleza y meditar sobre lo "poco que somos" en comparación a lo que nos rodea.

Ya adentrándonos en la fortificación, nos encontramos con una pareja que disfrutaba del entorno con una apacible conversación: sus gestos y miradas nos lo confirmaban.



Seguimos caminando en busca de la zona "infranqueable"...aquel lugar al que no resultó fácil llegar siglos atrás. La orografía del terreno ya lo hacían inaccesible, así que tan sólo por esta cara se podría abordar. Este lugar de entrada está situado en su torre izquierda,

 
en cuya puerta observamos que sus techumbres en forma de bóvedas se han hundido con el paso de los años, por no haber un mantenimiendo elemental.




Está asentado en lugar de paso entre las provincias de Jaén y Granada, en el cruce de caminos que llegaban desde Cárchel y Carchelejo. Actualmente, el pantano del Quiebrajano se encuentra un poco más al Sur siguiendo la carretera que nos traía hasta las cercanías de este enclave.

Su alcazarejo está delimitado por un desnivel natural de muy difícil acceso: sin duda cumplió su cometido defensivo.


En su día debió existir una puerta de madera para dar acceso a la torre, quedando muestras de ello. Hoy, llegar hasta ella se hace difícil, dado que no existen las escaleras, también de madera, que llevarían hasta la entrada. Su interior también se encuentra en deplorable estado, habiéndose hundido su planta intermedia; la llegada hasta lo más alto de la torre se hace imposible hoy en día.



Al finalizar nuestra visita nos encontramos con el pastor de la zona. Entablamos conversación con él y nos contaba que mantenía el oficio desde generaciones atrás, que descendía de los habitantes del poblado de Otíñar. Le preguntamos por la evolución que él había conocido del lugar, y por su respuesta nos hizo meditar en la "poquita cosa" que somos en comparación al paso de la historia.

Amablemente, y manejando a su rebaño entre tanto,  nos acompañó en el descenso hasta la entrada del cañón natural donde habíamos dejado el vehículo. Fue toda una mañana de grandes sensaciones vividas.

Puesto que siempre es conveniente respetar autorías (evitando "el copia-pega"), prefiero poner enlace para ampliar información (cada cual reciba el mérito que se merece):
http://www.redjaen.es/francis/?m=c&o=8661



Una vez más, durante la vuelta a casa, merodeaba en mi cabeza el lamento por el deplorable estado en que se encuentra el rico patrimonio que tenemos en Jaén. No puedo llegar a entender cómo no se ponen los medios necesarios para recuperarlo y así dar algo más de vida a la provincia.

En fin...ojalá algún día se pudiera dar una explicación. Mientras tanto...se mantiene erguido presenciando el paso de los tiempos.




Visita realizada el 14 de mayo del 2017.

Juan José Mercado Gavilán.
Lahiguera a 20 de marzo del 2018.


Comentarios

  1. Magnífico artículo, muy bien presentado, simple y escueto, para no cansar al lector.
    Se puede hacer el intento de visitarlo está primavera, veremos a ver...

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    1. Gracias amigo Cristino. Habrá que hacer una visita, pero eso sí...concertada un martes de 16:00 a 19:00. Nos vemos...

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  2. Estos parajes son propiedades particulares, y para acceder hay que solicitar visita a las mismas o bien hacerlo en el horario de visita pública y gratuita que tienen aprobado por ser BIC. El horario de visita pública y gratuita es de 16 a 19 h. todos los martes, fuera del mismo hay que pedir permiso.

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    1. Hola, José Carlos. Gracias por tu comentario y por la información. Por una parte, no sabía que ese entorno y ese Castillo fuera de propiedad particular: no hay señal que yo viera indicarlo, aunque no niego tu afirmación.
      Por otra parte, deduzco que dado el restringido horario, sería igual decir que no se puede visitar, lo que para mi forma de entender es "una lástima". Una lástima, porque es un lugar encantador al que nadie se le debiera privar de su disfrute (...dado que no está habitado).
      Lo de pedir permiso...de saberlo...¿a dónde nos dirigimos para hacerlo?. Tampoco llegué a ver un teléfono para penerme en contacto con la persona adecuada/autorizada para ello.
      Con mis palabras no quisiera crear confrontación, no es mi intención. Admito la privacidad de la propiedad, y también entiendo que como tal debería exigirse, siendo patrimonio histórico de nuestra tierra y BIC (Bien de Interés Cultural), el cuidado y mantenimiento de la construcción. Sin embargo, y por desgracia, su estado es deplorable. Con esto no culpo al propietario, sino a ambas partes: administración y propietario. Pero más que culpar, me gustaría hacer una llamada de atención, y es que sería muy importante que más que poner barreras a la visita de esta joya, se mirara por ese visitante "intruso" que mira por este patrimonio y contribuye en darlo a conocer. No creo que este tipo de personas causen daño al entorno por su visita.
      Por cierto...José Carlos...¿viste algo de "bueno" en el artículo?...¿te gustó alguna fotografía?. Veamos también un poco lo positivo de las cosas.
      Gracias de nuevo, y si sabes el contacto para pedir los permisos oportunos, ruego lo pongas por aquí para hacer las cosas "mejor".
      Cordiales saludos.
      Juanjo.

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